compras compulsivas
Adicción consistente en el afán desmedido, incontrolado y recurrente por adquirir cosas, consecuencia de un impulso irreprimible.
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la compulsión
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La impulsividad y la ansiedad caracterizan la compulsión, que responde a una insatisfacción vital intensa, a la carencia de alicientes o estímulos en nuestra rutina diaria, a la ausencia de actitud crítica y a un alto grado de credulidad y vulnerabilidad ante una publicidad comercial que identifica felicidad, seguridad en uno mismo y bienestar emocional con consumo. Intervienen también otros factores, como el deseo de estimulación social o interés por los lugares donde se congregan muchas personas (el centro comercial o las tiendas), y la inseguridad respecto al propio atractivo físico. La desvalorización y déficit de la autoestima también pueden estar detrás de este consumo irracional. Aunque las primeras manifestaciones del consumo compulsivo comienzan a registrarse en los años veinte, no será hasta los ochenta cuando se convierte en poco menos que una enfermedad social, que alcanza a todo tipo de personas.
causas y consecuencias
A través de anuncios, ofertas y promociones, se llegan a crear determinadas necesidades en el consumidor bajo la premisa de que lo material da la felicidad. La propia inseguridad del consumidor, demostrar su poder adquisitivo o mantener su posición en el círculo de amigos favorecen la adquisición de productos u objetos que, en muchos casos, apenas unos meses después acabarán en el fondo del armario o en el cubo de la basura.
En personas vulnerables o con situaciones económicas modestas puede aparecer un estado de frustración cuando las compras se convierten en una señal de identidad y no cumplen las expectativas; "tanto tienes, tanto vales".
control de impulsos
Generalmente, las mujeres presentan mayor tendencia a gastar que los hombres, aunque la necesidad de controlar los impulsos consumistas resulta imprescindible en ambos casos. Márqueting y publicidad son generadores de tendencias que no distinguen entre sexos.
La autorreflexión es el primer paso para evitar que se convierta en una enfermedad patológica, que ya afecta al 3% de la población europea.
*medidas para gastar con sensatez
- presupuesto previo que limite el gasto
- lista de artículos al ir de compras
- evitar comprar en momentos de euforia o desánimo
- no dejarse llevar por las tentaciones
- controlar lo que se gasta ( llevar encima una calculadora)
- evitar compras de última hora
- aprovechar las rebajas
- cambio de hábitos
cambio de hábitos
- combatir el aburrimiento o la soledad apuntándose a un curso o practicando algún deporte en lugar de pasar ese tiempo de tienda en tienda.
- marcarse objetivos intermedios y realistas.
- vencer los impulsos, evitando comprar un objeto en el acto. Darse unos días, y si interesa de verdad, volver para adquirirlo. una vez fuera del establecimiento, el consumidor suele olvidar su deseo de comprar.
- evitar pagar siempre con la targeta de crédito.
"¡Que no os vuelva a ver el pelo!"
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